De participar en los actos de su pueblo ha pasado a protagonizar carteles repartidos por toda España. No es actor, pero tiene el mérito de moverse ante la cámara con total naturalidad. Eso sí, las exigencias del guión le llevaron a una pequeña mentirijilla porque aquello de "hola Aitana, tengo 102 años" no era cierto. Fue ayer cuando los cumplió y, aunque la fama no le ha cambiado, ha pasado de celebrarlos en su casa a hacerlo en la puerta del ayuntamiento.
El ayuntamiento y Coca-Cola han organizado una fiesta con una combinación perfecta de gastronomía mallorquina y litros de cola. Más de uno sonríe al descubrir el viejo cartel de Pepsi de uno de los bares. Hasta eso tiene su chispa. Su carrera ha sido meteórica. Pep Mascaró ha pasado de ser el hombre más viejo de Vilafranca al abuelo adoptivo de medio país. Para ello tuvo que superar entrevistas con el equipo de McCan y una final frente a un zaragozano y un leonés. Después, un par de días de grabación en Vilafranca y otros tantos en Madrid para los que tuvo que volver a subirse a un avión, algo que no vivía desde hacia 30 años. "Hasta los cámaras que grabaron el encuentro se emocionaron", recuerda su hijo Pep. La despedida lo hace aún más: "Le dijo: Adéu, nineta, ja no et veuré mai més", pero este verano Aitana visitará Vilafranca.
Coca-Cola ha conseguido una vez más emocionar a todo un país transmitiendo valores humanos en una época en que nos ciegan los bienes físicos y materiales. Una vez más, una audaz campaña publicitaria ha conseguido gran resultado y ha dejado huella en la historia publicitaria de España y Coca-Cola.
Con publicidad así que nadie se extrañe que sigan dominando el mercado.
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